MIGUEL
PÉREZ-LOZAO, COORDINADOR DEL ESTUDIO "DISCAPACIDAD EN EL ÁMBITO
DE LA EXCLUSIÓN SOCIAL"
"UNA
DE CADA DOS PERSONAS SIN HOGAR Y CON DISCAPACIDAD CARECE DE
CERTIFICADO OFICIAL Y, POR TANTO, DE AYUDAS"
El
estudio "Discapacidad en el ámbito de la exclusión
social" aborda una realidad oculta: la de las personas
sin hogar con discapacidad. Elaborado por RAIS
Fundación para Fundación ONCE, revela que al menos un 23%
de las personas sin hogar tiene discapacidad, "cinco
veces más que la población en general en edad similar". Pero
lo que es peor, la mitad carece de reconocimiento oficial y esta
circunstancia dificulta que accedan a prestaciones sociales y a
empleo protegido. Miguel Pérez-Lozao, coordinador del estudio y
director de calidad y proyectos de RAIS Fundación, analiza en esta
entrevista los resultados principales de la investigación. Explica
que las personas sin hogar son en su mayoría hombres de nacionalidad
española que, cuando padecen una discapacidad, esta es sobre todo de
tipo físico, mental o
intelectual y, en menor medida, sensorial.
Desmonta estereotipos, como el que identifica a las personas sin
hogar con la mendicidad, y reconoce que, "aunque el estudio
solo aporta algún apunte, se aprecia que la vida en la calle
contribuye de forma evidente a padecer una discapacidad"
El
estudio "Discapacidad en el ámbito de la exclusión social"
se ha realizado entre 695 personas sin hogar atendidas por RAIS
Fundación en la Comunidad de Madrid. ¿Se pueden extrapolar los
datos a otras comunidades o cada una tiene su particularidad?
En
sentido estricto, por la metodología empleada, no podríamos
extrapolar los datos. Sin embargo, por lo que conocemos de los
perfiles de personas sin hogar y el funcionamiento de los
sistemas de protección, creo quelas conclusiones pueden servir como
referencia para cualquier otra comunidad. Por la experiencia de RAIS
Fundación en varias comunidades autónomas, como la Comunidad de
Madrid, Andalucía, País Vasco, Murcia y Valencia, sabemos que hay
diferencias, pero no tienen tal dimensión que pudieran hacernos
pensar en resultados diferentes si repitiésemos en otros territorios
una investigación similar.
¿Es
posible establecer un perfil tipo de personas en situación de
exclusión social con discapacidad?
"Las personas sin hogar son en su mayoría hombres, de nacionalidad española, con estudios primarios y mayores de 45 años"
Podemos
establecer el perfil mayoritario de las personas sin hogarque
hemos encontrado, pero sería muy osado por nuestra parte hablar
de perfil tipo. Hay tantas historias detrás de las personas y tan
diferentes... Las personas sin hogar son en su mayoría hombres, de
nacionalidad española, con estudios primarios y mayores de 45 años.
La discapacidad más frecuente es de tipo físico, aunque en un
porcentaje importante, casi el 50%, padece discapacidad mental o
intelectual, siendo minoritaria la discapacidad sensorial. El origen
proviene de una enfermedad no laboral o de circunstancias
relacionadas con la vida en la calle.
El
estudio revela que al menos un 23% de las personas sin hogar tiene
discapacidad, pero solo el 12% cuenta con el certificado que lo
acredita. ¿Faltan mecanismos para detectar a las personas con
discapacidad en situación de exclusión social o son las propias
personas quienes no recurren a ellos?
Es
una mezcla de ambos. En el estudio se pone de manifiesto que la mitad
de las personas sin hogar que tienen discapacidad carece del
reconocimiento oficial. Para su obtención, hay que realizar una
serie de trámites administrativos y sanitarios que duran, como
mínimo, varios meses. Eso exige disponer de agenda, memoria y
paciencia, pero también de documentos básicos como el DNI o la
tarjeta sanitaria. En muchas ocasiones, las personas sin hogar no
tienen ni agenda, ni memoria, ni documentos básicos.
Pero
además, profesionales a quienes se ha consultado para el estudio
consideran que las personas sin hogar, especialmente en el caso de
quienes podrían tener una discapacidad mental o intelectual, no
quieren ser etiquetadas como tales, tienen miedo al estigma y
prefieren "cerrar los ojos", renunciando a su vez a acceder
a algunas mejoras. Este mecanismo tiene mucho que ver con la propia
discapacidad, y habitualmente se resuelve con el apoyo de los
familiares o allegados, cuando la persona dispone de ellos. Como las
personas sin hogar carecen de ese apoyo social directo que les ayude
a recorrer este camino, se quedan ahí.
¿Y
cómo percibe el resto de ciudadanos esta realidad?
Nos
llevaríamos muchas sorpresas si no nos dejásemos arrastrar por
ideas preconcebidas. Por ejemplo, se identifica a las personas sin
hogar con la mendicidad, pese a que esta actividad es absolutamente
minoritaria; o en muchas ocasiones atendemos a personas sin
hogar cuya forma de vestir no les delata en absoluto. Si además
queremos identificar una discapacidad, será sencillo en algunas
discapacidades físicas, pero las enfermedades no siempre se
descubren por el aspecto. Enfermedades relacionadas con los órganos
vitales o discapacidades sensoriales pasan por completo
desapercibidas.
Por
lo tanto, la falta de reconocimiento de las personas sin hogar con
discapacidad no es solo algo burocrático.
Así
es, tiene que ver con muchos factores que llevan a la imposibilidad
de disfrutar de los mecanismos de discriminación positiva, de las
prestaciones sociales o de las mejoras que la sociedad pone en marcha
para que el impacto de la discapacidad sea menor. Son muy importantes
las repercusiones en prestaciones económicas y de acceso al empleo,
aunque hay muchas otras de las que carecen quienes no tienen el
certificado de discapacidad.
La
discapacidad provoca exclusión social y la exclusión es causa de
discapacidad. ¿Hasta qué punto se interrelacionan e influyen?
El
estudio solo aporta algún apunte respecto a cuál de las dos estuvo
primero. El origen de la discapacidad en las personas sin hogar es,
en más de la tercera parte, difícil de clasificar en los términos
habituales. Se aprecia que la vida en la calle ha contribuido de
forma evidente a la discapacidad. En otra tercera parte de los casos
se identifica una enfermedad no laboral como origen de la
discapacidad. Podríamos establecer la hipótesis de que la
enfermedad ha facilitado la exclusión, por la mayor dificultad para
desarrollar algunas actividades básicas de la vida diaria. Pero no
dejan de ser pistas sin rigor suficiente. Quizá lo más claro es su
intensa interrelación e influencia.
Ha
mencionado las enfermedades. Las personas sin hogar con discapacidad
padecen muchos más problemas de salud crónica y sufren más
accidentes. ¿Reciben atención sanitaria o algún tipo de ayuda?
En
el estudio no hemos profundizado en este aspecto, pero es algo que
conocemos en RAIS Fundación por nuestra actividad habitual. En
muchas ocasiones, y más aún con las últimas reformas, carecen de
documentación que les dé acceso a la atención sanitaria. Esto
implica que se hace un uso mayor de las urgencias hospitalarias y
menor de la atención primaria y especializada. Por tanto, la
prevención, el seguimiento de los problemas de salud, el acceso a
medicamentos o la adherencia a los tratamientos se ven profundamente
resentidos.
En
la coyuntura actual, en ocasiones se menciona que las ONG cubren un
vacío que debería estar atendido por la Administración. ¿Cree que
es así o se trata más de una colaboración entre ambas?
"Las ONG muestran una vitalidad y dinamismo que produce cambios"
Creo
que ambas afirmaciones son reales. La actividad de las ONG es muy
diferente según su misión, valores y estilo de trabajar. Esto puede
dar lugar a que, desde la ONG, se atienda aquello que no atiende
nadie, se busquen espacios de colaboración o, incluso, que la
Administración asuma sus responsabilidades en los casos en que no lo
hace. Tanto en el ámbito de las personas sin hogar como en el ámbito
de la salud podríamos encontrar muy diversos ejemplos. Las ONG
muestran una vitalidad y dinamismo que produce cambios, aunque muchas
veces desde la Administración o desde la sociedad se presta más
atención al trabajo directo que se realiza con las personas en
situaciones de necesidad.
Después
del incremento en la contratación de personas con discapacidad, se
pide un impulso a la contratación de personas sin hogar. ¿Ve
predisposición por parte de las instituciones y las empresas para
impulsar el empleo en este grupo?
Creo
que hace pocos años ha existido cierta predisposición, e incluso ha
habido contrataciones, en muchas empresas e instituciones, siempre
con la principal y lógica preocupación de contratar personas
responsables en el trabajo. Actualmente, las empresas están viviendo
momentos difíciles en los que el empleo decrece, por lo que las
oportunidades son muy escasas.
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